Fernando KUK CAAMAL.
CALKINI, a 18 de enero de 2008.- A más de un año de haber asumido el poder, los regidores que conforman el H. Cabildo de la comuna Calkiniense, deben de ponerse a trabajar en beneficio de quienes depositaron su voto de confianza para ocupar los cargos que ahora ostentan, señaló Mateo Enrique Huchin Borges, destacando que es necesario que se instale una casa de gestión de los cabildantes.
Señaló que los regidores solo acuden a cobrar sus jugosos salarios de manera puntual, y a la hora de que los ciudadanos acuden a solicitar alguna gestión o apoyo se hacen ojo de hormiga, salvo algunas excepciones, acuso Huchin Borges.
Se sabe que los cabildantes han disfrutado de jugosos salarios durante mas de 15 meses, así como fondos de ahorro por 200 mil pesos cada uno, aguinaldos, aunado a que de manera descarada se han incrementado el salario burlándose de esta manera de los humildes trabajadores que solo recibirán un irrisorio incremento menor al aumento de la canasta básica.
Entrevistado por EL SUR manifestó categórico que por medios impresos se enteran de las fabulosas cantidades que reciben cada quincena y de ello (salario integrado) hay un apoyo para gestión, pero hay cabildantes que no ocupan esos recursos para la gente, sino para incrementar su hacienda particular.
Aseguro que es necesario que los regidores cuenten con un local en el ayuntamiento para atender a la gente, ya que ganan muy bien para estar cuando menos 8 horas en la comuna; “la regiduría no es un premio, sino una responsabilidad con la gente; lo que recibieron en este diciembre del 2007 por cada integrante del cabildo ruboriza hasta a los legisladores locales, nada mas por concepto de ahorro se llevaron 145 mil pesos” aparte salario, aguinaldo y compensación por el desempeño de su trabajo (bono).
Finalizó señalando que se entiende que las campañas son caras y tienen que recuperar sus gastos, pero después de 15 meses, ya deben de ponerse a trabajar en beneficio de los ciudadanos, ya que reciben una parte para gestoría y no deben de guardarse que den la cara, sentenció.
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