El instituto ha obstaculizado la rehabilitación de decenas de casas antiguas, cuando sus propietarios han iniciado los trabajos de mantenimiento,Magdaleno Bacab Chan
HECELCHAKAN.— La problemática que representa la pérdida del patrimonio monumental en los municipios no parece importar a las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que permanecen ajenas a la destrucción de casas coloniales en la localidad.
Magdaleno Bacab Chan, activista social de la localidad, opinó que el instituto ha obstaculizado la rehabilitación de decenas de casas antiguas, cuando sus propietarios han iniciado los trabajos de mantenimiento.
Sin embargo, existen otros ejemplos de afectaciones a las fachadas coloniales que no son sancionadas por el INAH, y es esta situación de inequidad en la aplicación del reglamento de conservación del patrimonio histórico, es lo que pone en entredicho la actuación de la instancia, aseguró Bacab Chan.
Las quejas contra el INAH van en aumento en todo el Camino Real, donde decenas de propietarios de casas coloniales ven derruirse sus propiedad por las prohibiciones de autoridades del Instituto, que se niegan a autorizar las reparaciones, remozamiento y trabajos de rehabilitación de las añejas construcciones.
En Calkiní, Hecelchakán y Tenabo hay numerosos ejemplos de la negligencia de los representantes del INAH y de acciones que hacen suponer corrupción y tráfico de influencias.
Bacab Chan responsabiliza directamente al residente del INAH en Hecelchakán, Luis Sulub Caballero, de las irregularidades que existen en materia de conservación del patrimonio histórico monumental.
En pleno centro de Pomuch —recordó— existe una casa colonial que fue ocupada para establecer la sucursal de una tienda abarrotera yucateca. Este comercio alteró la fachada y la estructura de la construcción, pero el INAH en ningún momento intervino para detener la obra.
En Tenabo ocurrió algo similar, cuando derruyeron una antigua construcción y quedaron al descubierto dinteles y arcadas que fueron afectados por remodelaciones, el INAH tampoco actuó al respecto.
Y en Hecelchakán, también una tienda de abarrotes ha rotulado con su logo y propaganda la construcción que ocupa, una de las construcciones más antiguas de la cabecera municipal, frente al Centro de Salud.
También está el caso de la cantina El Pénjamo que funciona en otra casa antigua y tiene los rótulos de conocida marca cervecera. En estos casos tampoco intervinieron los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia, recriminó Bacab.
Esto deja en claro que personas como Sulub Caballero, reciben algún beneficio por no actuar para proteger el patrimonio histórico, y propiciar su destrucción, denunció.